entiendo la vida
sin pasión.
sin vivir en los extremos,
al borde de un acantilado.
con el riesgo a caer
y al mismo tiempo
con el placer de las vistas.
Ni tan siquiera el café
me gusta tibio,
ha de estar
a punto de hervir
o con mucho hielo.
Sí, definitivamente
se me escapan los grises.
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