Cómo hago para tenerte en mi vida,
si eres suspiro que se pierde en el viento,
un eco suave, un fugaz momento,
que danza libre y no se deja asir.
Persigo tu risa en las sombras del alba,
en el murmullo del río que canta,
pero te escurres, como agua en la palma,
dejas mi alma sedienta y errante.
¿Acaso vives en el brillo de un sueño,
en la promesa que guarda la noche?
Eres un verso que no hallo en mi reproche,
un latido que no logro poseer.
Cómo hago para tenerte en mi vida,
si eres del tiempo, no de mi medida.
Te busco en mí, en mi herida encendida,
y hallo que vives donde dejo de ser.
Tal vez no es mío el arte de atraparte,
sino aprender a caminar contigo,
ser sombra tuya, ser parte del trigo,
que crece libre sin querer prender.
Cómo hago para tenerte en mi vida,
te tengo al fin, cuando suelto la herida.
Eres del mundo, no de mi avaricia,
vives en todo, y en todo he de amar.
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