Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

ESPECIALMENTE HOY

He sido faro, guía, hombro. He escuchado, aconsejado, sostenido. He tendido puentes entre la soledad y la esperanza, he repartido sonrisas, he secado lágrimas ajenas. He sido fuerte, inquebrantable, un roble frente a la tormenta.

Pero hoy, la tormenta es mía. Hoy, el faro se apaga, la guía se extravía. Hoy, el hombro necesita ser sostenido. Hoy, necesito una mano que me tienda su calor, un abrazo que deshaga el nudo en la garganta, que calme el temblor en las manos.

Hoy, después de tanto dar, necesito recibir. Necesito sentir la ternura, la comprensión, el simple y poderoso consuelo de un abrazo. Necesito saber que, también yo, puedo ser vulnerable, que también yo, puedo ser cuidado.

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