basta por esta noche cierro
la puerta me pongo
el saco guardo
los papelitos donde
no hago sino hablar de ti
mentir sobre tu paradero
cuerpo que me has de temblar
Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Dicotomía incruenta
Siempre llega mi mano
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía
y forman una mano.
Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse
adonde yo me siento.
Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.
Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los llantos fingidos.
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía
y forman una mano.
Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse
adonde yo me siento.
Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.
Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los llantos fingidos.
Todo era amor
¡Todo era amor... amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podía hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla,
amor al portador, amor a plazos.
Amor analizable, analizado.
Amor ultramarino.
Amor ecuestre.
Amor de cartón piedra, amor con leche...
lleno de prevenciones, de preventivos;
lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M, con una M mayúscula,
chorreado de merengue,
cubierto de flores blancas...
Amor espermatozoico, esperantista.
Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos;
con sus faltas de puntualidad, de ortografía;
con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor que incendia el corazón de los orangutanes,
de los bomberos.
Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que arranca los botones de los botines,
que se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto.
Amor incandescente y amor incauto.
Amor indeformable. Amor desnudo.
Amor amor que es, simplemente, amor.
Amor y amor... ¡y nada más que amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podía hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla,
amor al portador, amor a plazos.
Amor analizable, analizado.
Amor ultramarino.
Amor ecuestre.
Amor de cartón piedra, amor con leche...
lleno de prevenciones, de preventivos;
lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M, con una M mayúscula,
chorreado de merengue,
cubierto de flores blancas...
Amor espermatozoico, esperantista.
Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos;
con sus faltas de puntualidad, de ortografía;
con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor que incendia el corazón de los orangutanes,
de los bomberos.
Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que arranca los botones de los botines,
que se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto.
Amor incandescente y amor incauto.
Amor indeformable. Amor desnudo.
Amor amor que es, simplemente, amor.
Amor y amor... ¡y nada más que amor!
Una mujer y un hombre llevados por la vida...
Una mujer y un hombre llevados por la vida,
una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos,
se oyen subir libres en la sombra,
sus cabezas descansan en una bella infancia
que ellos crearon juntos, plena de sol, de luz,
una mujer y un hombre atados por sus labios
llenan la noche lenta con toda su memoria,
una mujer y un hombre más bellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra.
una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos,
se oyen subir libres en la sombra,
sus cabezas descansan en una bella infancia
que ellos crearon juntos, plena de sol, de luz,
una mujer y un hombre atados por sus labios
llenan la noche lenta con toda su memoria,
una mujer y un hombre más bellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra.
Preguntas
Ya que navegas por mi sangre
y conoces mis límites,
y me despiertas en la mitad del día
para acostarme en tu recuerdo
y eres furia de mi paciencia para mí,
dime qué diablos hago,
por qué te necesito,
quien eres, muda, sola, recorriéndome,
razón de mi pasión,
por qué quiero llenarte solamente de mí,
y abarcarte, acabarte,
mezclarme en tus cabellos
y eres única patria
contra las bestias del olvido.
Oración
Habítame, penétrame.
Sea tu sangre una como mi sangre.
Tu boca entre a mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.
Con esta sed quemándome.
La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.
Sea tu sangre una como mi sangre.
Tu boca entre a mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.
Con esta sed quemándome.
La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.
La puerta
abrí la puerta/amor mío
levantá/abrí la puerta
tengo el alma pegada al paladar
temblando de terror
el jabalí del monte me pisoteó
el asno salvaje me persiguió
en esta media noche del exilio
soy yo mismo una bestia
levantá/abrí la puerta
tengo el alma pegada al paladar
temblando de terror
el jabalí del monte me pisoteó
el asno salvaje me persiguió
en esta media noche del exilio
soy yo mismo una bestia
Fábricas del amor
Y construí
tu rostro.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.
Albañil con vergüenza,
yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner dulzura en tu saliva.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.
Albañil con vergüenza,
yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner dulzura en tu saliva.
Cuántas veces temblé
apenas si cubierto por la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.
Pura mía,
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.
apenas si cubierto por la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.
Pura mía,
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.
Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
Qué infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.
Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra,
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.
Qué infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.
Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra,
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.
Así fue que cantaron los silencios.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.
Ausencia de amor
Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.
Alza tus brazos
Alza tus brazos,
ellos encierran a la noche,
desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.
Que la noche nos cubra con una campana,
que suene suavemente a cada golpe del amor.
ellos encierran a la noche,
desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.
Que la noche nos cubra con una campana,
que suene suavemente a cada golpe del amor.
Entiérrame la sombra,
lávame con ceniza,
cávame del dolor, límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.
cávame del dolor, límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.
Tú destruyes el mundo
para que esto suceda
tu comienzas el mundo para que esto suceda.
tu comienzas el mundo para que esto suceda.
Poco se sabe
Yo no sabía que
no tenerte podía ser dulce como
nombrarte para que vengas aunque
no vengas y no haya sino
tu ausencia tan
dura como el golpe que
me di en la cara pensando en vos
no tenerte podía ser dulce como
nombrarte para que vengas aunque
no vengas y no haya sino
tu ausencia tan
dura como el golpe que
me di en la cara pensando en vos
Rostro de vos
Tengo una soledad
Tan concurrida
Tan llena de nostalgias
Y de rostros de vos
De adioses hace tiempo
Y besos bienvenidos
De primeras de cambio
Y de último vagón.
Tengo una soledad
Tan concurrida
Que puedo organizarla
Como una procesión
Por colores
Tamaños
Y promesas
Por época
Por tacto y por sabor.
Sin un temblor de más,
Me abrazo a tus ausencias
Que asisten y me asisten
Con mi rostro de vos.
Estoy lleno de sombras
De noches y deseos
De risas y de alguna maldición
Mis huéspedes concurren,
Concurren como sueños
Con sus rencores nuevos
Su falta de candor.
Yo les pongo una escoba
Tras la puerta
Porque quiero estar solo
Con mi rostro de vos.
Pero el rostro de vos
Mira a otra parte
Con sus ojos de amor
Que ya no aman
Como víveres
Que buscan a su hambre
Miran y miran
Y apagan la jornada.
Las paredes se van
Queda la noche
Las nostalgias se van,
No queda nada.
Ya mi rostro de vos
Cierra los ojos.
Y es una soledad
Tan desolada.
Tan concurrida
Tan llena de nostalgias
Y de rostros de vos
De adioses hace tiempo
Y besos bienvenidos
De primeras de cambio
Y de último vagón.
Tengo una soledad
Tan concurrida
Que puedo organizarla
Como una procesión
Por colores
Tamaños
Y promesas
Por época
Por tacto y por sabor.
Sin un temblor de más,
Me abrazo a tus ausencias
Que asisten y me asisten
Con mi rostro de vos.
Estoy lleno de sombras
De noches y deseos
De risas y de alguna maldición
Mis huéspedes concurren,
Concurren como sueños
Con sus rencores nuevos
Su falta de candor.
Yo les pongo una escoba
Tras la puerta
Porque quiero estar solo
Con mi rostro de vos.
Pero el rostro de vos
Mira a otra parte
Con sus ojos de amor
Que ya no aman
Como víveres
Que buscan a su hambre
Miran y miran
Y apagan la jornada.
Las paredes se van
Queda la noche
Las nostalgias se van,
No queda nada.
Ya mi rostro de vos
Cierra los ojos.
Y es una soledad
Tan desolada.
Espantapájaros
No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible
- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.
Cuenta Conmigo
Si quisieras quererme
Dejaría de fumar
Y me haría vegetariano
Si durmieras conmigo
Dormirían menos tristes
las palmas de mis manos
Y si los buenos chicos te atosigan
Y buscas tipos duros
Fingiré ser el malo que castiga
Con besos de cianuro.
Dejaría de fumar
Y me haría vegetariano
Si durmieras conmigo
Dormirían menos tristes
las palmas de mis manos
Y si los buenos chicos te atosigan
Y buscas tipos duros
Fingiré ser el malo que castiga
Con besos de cianuro.
Si buscas alguien que te trate mal
Cuenta conmigo
Si quieres guerra guardo un arsenal
bajo el ombligo
Y si se trata de tratarte bien
mejor que un millonario sin dinero
Olvídate de chulos todo a cien
Por ti seré un perfecto caballero.
Cuenta conmigo
Si quieres guerra guardo un arsenal
bajo el ombligo
Y si se trata de tratarte bien
mejor que un millonario sin dinero
Olvídate de chulos todo a cien
Por ti seré un perfecto caballero.
Si me abrieras tu falda de lunares
Y me pidieras que me cuide un poco
Haría footing por los boulevares
Con chándal y a lo loco
Y si es mejor quererte sin permiso
Con rabia y al contado
Yo te querré, como jamás te quiso
Quién más te haya marcado.
Y me pidieras que me cuide un poco
Haría footing por los boulevares
Con chándal y a lo loco
Y si es mejor quererte sin permiso
Con rabia y al contado
Yo te querré, como jamás te quiso
Quién más te haya marcado.
Si buscas alguien que te trate mal
Cuenta conmigo
Yo nunca tuve una mujer fatal
Ni tu un amigo.
Y si se trata de tratarte bien
Mejor que un Lord con pantalón de cuero
Olvídate de chulos todo a cien
Por ti seré un perfecto caballero
Cuenta conmigo
Yo nunca tuve una mujer fatal
Ni tu un amigo.
Y si se trata de tratarte bien
Mejor que un Lord con pantalón de cuero
Olvídate de chulos todo a cien
Por ti seré un perfecto caballero
Si quieres un maldito perdedor
Que humille y que malquiera
Ponme un pisito y yo seré el peor
Cabrón de tu escalera
Y si te ponen los matices de mi lado femenino
Por ti comulgaré en misa de diez
con ruedas de molino.
Que humille y que malquiera
Ponme un pisito y yo seré el peor
Cabrón de tu escalera
Y si te ponen los matices de mi lado femenino
Por ti comulgaré en misa de diez
con ruedas de molino.
Si buscas alguien que te trate mal
Cuenta conmigo
Yo nunca tuve una mujer fatal
Ni tu un amigo.
Y si se trata de tratarte bien
Mejor que un Casanova con liguero
Olvídate de chulos todo a cien
Por ti seré un perfecto caballero.
Cuenta conmigo
Yo nunca tuve una mujer fatal
Ni tu un amigo.
Y si se trata de tratarte bien
Mejor que un Casanova con liguero
Olvídate de chulos todo a cien
Por ti seré un perfecto caballero.
Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina
Al final del día
No importa que tan pesado haya sido tu día o el mío, te recibiré con una sonrisa franca, mi mejor cariño, mi mayor amor y toda mi ternura.
Te brindaré mis brazos para acurrucarte y el calor de mi cuerpo para relajarte.
Así terminarás el final del día, mimada, consentida, muy amada, deseando que pronto llegue el final de un nuevo día.
¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán!
I
¡Oh Capitán! ¡Mi capitán! Nuestro espantoso viaje ha concluido;
El barco ha enfrentado cada tormento, el premio que buscamos fue ganado;
El puerto está cerca, las campanas oigo, toda la gente regocijada,
Mientras los ojos siguen la firme quilla de la severa y osada nave:
Pero ¡oh corazón! ¡Corazón! ¡Corazón!
Oh las sangrantes gotas rojas,
Cuando en la cubierta yace mi Capitán
Caído, frío y muerto.
II
¡Oh Capitán! ¡Mi capitán! Levántate y escucha las campanas;
Levántate —por ti se ha arriado la bandera— por ti trinan los clarines;
Por ti ramos y coronas con cintas— por ti una multitud en las riberas;
Por ti ellos claman, el oscilante gentío, sus ansiosos rostros a ti se vuelven;
¡Arriba Capitán! ¡Querido padre!
Este brazo bajo tu cabeza;
Es tan sólo un sueño aquél en la cubierta,
Tú has caído frío y muerto.
III
Mi Capitán no responde, sus labios están pálidos y quietos;
Mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad;
El barco se encuentra anclado sano y salvo, su viaje concluido y terminado;
De una horrorosa travesía, el barco vencedor, viene con un objeto conquistado;
¡Regocíjense, oh riberas y repiquen, oh campanas!
Pero yo, con lúgubre andar
Camino la cubierta donde yace mi Capitán,
Caído, frío y muerto.
O Captain! My Captain!
Cuento muy corto.
No te despidas, solo duerme en mis brazos, estos brazos que te extrañaban tanto.
Reposa tu cabeza en mi pecho, este pecho que late a tu ritmo y aceleras con tan solo una sonrisa
.
Siente mis manos en las tuyas, estas manos que se vuelven torpes al sentirte tan cerca.
THINK
Before you speak.... THINK
T - is it TRUE?
H - is it HELPFUL?
I - is it INSPIRING?
N - is it NECESSARY?
K - is it KIND?
T - is it TRUE?
H - is it HELPFUL?
I - is it INSPIRING?
N - is it NECESSARY?
K - is it KIND?
Dices...
Dices que amas la lluvia, sin embargo usas un paraguas cuando llueve.
Dices que amas el sol, pero siempre buscas una sombra cuando el sol brilla.
Dices que el amas el viento, pero cierras las ventanas cuando el viento sopla.
Por eso es que tengo miedo, cuando dices que me amas.
Dices que amas el sol, pero siempre buscas una sombra cuando el sol brilla.
Dices que el amas el viento, pero cierras las ventanas cuando el viento sopla.
Por eso es que tengo miedo, cuando dices que me amas.
Nocturno
Entro a la habitación procurando no despertarte, se que tuviste un día pesado y que mañana debes madrugar.
No puedo evitar ver tu silueta dibujada bajo la sábana, dormida sobre tu costado, guardando mi espacio que me espera.
Me acerco despacio, disfrutando cada paso, deleitándome con tu sensual apariencia, apenas iluminada por la luz de la luna.
Separo tu negra cabellera de tu rostro de niña mimada... de niña mimada por mi.
Beso tu frente, tu nariz y tu boca, como un rito de amor, con la mayor suavidada posible, intentando no despertarte.
Lleno mis ojos de tu imagen, la bella imagen que me acompaña todo el día.
Acaricio tu cuerpo por encima de la sábana, después lo haré por debajo de ellla. Lleno mis manos de ti y mi olfato de tu olor.
Entro bajo las sábanas, mis brazos te rodean, me sientes y tomas mis manos entre las tuyas, dejando escapar un suspiro de alivio.
Te abrazo fuerte, tu cuerpo y el mío se acomodan, se unen, tomas mis manos y entrelazas tus dedos con los míos.
Nuestros corazones laten al mismo ritmo, nuestra respiración también, me lleno de tí, de tu olor y cierro mis ojos.
Aquí estoy mi amada, se que me esperabas, para seguir amándonos entre sueños.
Ahora solo la luna es mudo testigo de nuestro encuentro de amor.
No puedo evitar ver tu silueta dibujada bajo la sábana, dormida sobre tu costado, guardando mi espacio que me espera.
Me acerco despacio, disfrutando cada paso, deleitándome con tu sensual apariencia, apenas iluminada por la luz de la luna.
Separo tu negra cabellera de tu rostro de niña mimada... de niña mimada por mi.
Beso tu frente, tu nariz y tu boca, como un rito de amor, con la mayor suavidada posible, intentando no despertarte.
Lleno mis ojos de tu imagen, la bella imagen que me acompaña todo el día.
Acaricio tu cuerpo por encima de la sábana, después lo haré por debajo de ellla. Lleno mis manos de ti y mi olfato de tu olor.
Entro bajo las sábanas, mis brazos te rodean, me sientes y tomas mis manos entre las tuyas, dejando escapar un suspiro de alivio.
Te abrazo fuerte, tu cuerpo y el mío se acomodan, se unen, tomas mis manos y entrelazas tus dedos con los míos.
Nuestros corazones laten al mismo ritmo, nuestra respiración también, me lleno de tí, de tu olor y cierro mis ojos.
Aquí estoy mi amada, se que me esperabas, para seguir amándonos entre sueños.
Ahora solo la luna es mudo testigo de nuestro encuentro de amor.
Todas las noches...
Todas las noches cuando me voy a dormir dejo un espacio al lado mío para que en mis sueños te acomodes junto a mi.
(Gracias Daisy)
Tu cuerpo está a mi lado
Tu cuerpo está a mi lado
fácil, dulce, callado.
Tu cabeza en mi pecho se arrepiente
con los ojos cerrados
y yo te miro y fumo
y acaricio tu pelo enamorado.
Esta mortal ternura con que callo
te está abrazando a ti mientras yo tengo
inmóviles mis brazos.
Miro mi cuerpo, el muslo
en que descansa tu cansancio,
tu blando seno oculto y apretado
y el bajo y suave respirar de tu vientre
sin mis labios.
Te digo a media voz
cosas que invento a cada rato
y me pongo de veras triste y solo
y te beso como si fueras tu retrato.
Tú, sin hablar, me miras
y te aprietas a mí y haces tu llanto
sin lágrimas, sin ojos, sin espanto.
Y yo vuelvo a fumar, mientras las cosas
se ponen a escuchar lo que no hablamos.
fácil, dulce, callado.
Tu cabeza en mi pecho se arrepiente
con los ojos cerrados
y yo te miro y fumo
y acaricio tu pelo enamorado.
Esta mortal ternura con que callo
te está abrazando a ti mientras yo tengo
inmóviles mis brazos.
Miro mi cuerpo, el muslo
en que descansa tu cansancio,
tu blando seno oculto y apretado
y el bajo y suave respirar de tu vientre
sin mis labios.
Te digo a media voz
cosas que invento a cada rato
y me pongo de veras triste y solo
y te beso como si fueras tu retrato.
Tú, sin hablar, me miras
y te aprietas a mí y haces tu llanto
sin lágrimas, sin ojos, sin espanto.
Y yo vuelvo a fumar, mientras las cosas
se ponen a escuchar lo que no hablamos.
Quiero apoyar mi cabeza
Quiero apoyar mi cabeza
en tus manos, Señor.
Señor del humo, sombra,
quiero apoyar mi corazón.
Quiero llorar con mis ojos,
irme en llanto, Señor.
Débil, pequeño, frustrado,
cansado de amar, amor,
dame un golpe de aire,
tírame, corazón.
Sobre la brisa, en el alba,
cuando se despierte el sol,
derrámame como un llanto,
llórame como yo.
en tus manos, Señor.
Señor del humo, sombra,
quiero apoyar mi corazón.
Quiero llorar con mis ojos,
irme en llanto, Señor.
Débil, pequeño, frustrado,
cansado de amar, amor,
dame un golpe de aire,
tírame, corazón.
Sobre la brisa, en el alba,
cuando se despierte el sol,
derrámame como un llanto,
llórame como yo.
Yo no lo sé de cierto
Yo no lo sé de cierto, pero supongo
que una mujer y un hombre
algún día se quieren,
se van quedando solos poco a poco,
algo en su corazón les dice que están solos,
solos sobre la tierra se penetran,
se van matando el uno al otro.
Todo se hace en silencio. Como
se hace la luz dentro del ojo.
El amor une cuerpos.
En silencio se van llenando el uno al otro.
Cualquier día despiertan, sobre brazos;
piensan entonces que lo saben todo.
Se ven desnudos y lo saben todo.
(Yo no lo sé de cierto. Lo supongo.)
que una mujer y un hombre
algún día se quieren,
se van quedando solos poco a poco,
algo en su corazón les dice que están solos,
solos sobre la tierra se penetran,
se van matando el uno al otro.
Todo se hace en silencio. Como
se hace la luz dentro del ojo.
El amor une cuerpos.
En silencio se van llenando el uno al otro.
Cualquier día despiertan, sobre brazos;
piensan entonces que lo saben todo.
Se ven desnudos y lo saben todo.
(Yo no lo sé de cierto. Lo supongo.)
¿En qué lugar...?
"¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras
me dirás que te amo? Esto es urgente
porque la eternidad se nos acaba..."
Cuando encontró al amor de su vida...
Cuando encontró al amor de su vida, en la vida de ella no había tiempo para el amor
El caballero y el lago
Después de terminar su día, el caballero hizo un recuento
del mismo, rescató una doncella de manos de tres forajidos, alejo a un viejo
dragón de una pequeña villa, sirvió de protección para dos nobles señores
feudales, amigos del caballero, un día común y corriente… sin dejar de pensar un
solo instante en su princesa.
De vez en vez, sin que nadie lo viera, tomaba el pañuelo que
ella le obsequió y acariciaba su rostro con este, como si fuera una caricia de
su amada, ahora en tierras lejanas, por sus obligaciones reales.
Ensimismado en sus pensamientos, casi sin darse cuenta llegó
al bosque encantado, pero esta vez no se dirigió a su cabaña, que estaría vacía
y fría sin ella, sino que se dirigió al Lago de Cristal, cuyas frescas aguas
alivian de los males del cuerpo, pero también del alma, por alguna razón el
caballero pensaba que su alma necesitaba ser aliviada, pues sentía mucho pesar.
Al llegar al lago un fuerte suspiro escapo del caballero, su
noble cabalgadura bajo la cabeza como asintiendo, sabía lo que pasaba, él
estaba añorándola. El primer impulso del caballero solo era caminar por la
orilla del lago para relajarse, pero el lugar encantado sabía cómo ayudarlo,
así que la tarde era cálida y se hizo necesario un baño.
Mientras se despojaba de su armadura, trataba de recordar
cuándo fue ayudado por ella en ese menester… mucho tiempo había pasado, mucho,
demasiado quizás…sin que ella le ayudara a quitarse su protección.
Escudo, espada, yelmo, peto, coderas, rodilleras, una a una
cada pieza se separaba del cuerpo del caballero, quien tenía lágrimas en sus
ojos, nunca había sentido tan intenso amor, sin embargo nunca se había sentido
más solo, al caer la última pieza de su impresionante armadura, quitó sus ropas
y desnudo camino hacia la orilla del Lago de Cristal.
El sol brillaba aun, el cuerpo del caballero mostraba
algunas cicatrices, resultados de múltiples batallas, también algunos moretones
resultantes de la refriega del día. Era un hombre curtido a golpes, sobre todo
a golpes de la vida.
Al entrar al lago decidió no solo bañarse, sino nadar, nadar
lento, sin prisa, como si huyera, muy suavemente se desplazaba por el agua, sin
notarlo llegó al centro del lago, muy lejos de la orilla, pero no sentía
cansancio, todo lo contrario se sentía cada vez mejor.
Un impulso lo hizo sumergirse, buscando la parte más
profunda del lago, bajaba lento, sintiendo como el agua acariciaba su cuerpo, entre
más descendía, la caricia se volvía un abrazo, cada vez más intenso, pero no
dolía, no molestaba.
Súbitamente sintió que algo lo llevaba a la superficie, al
voltear ¡era ella nadando junto con él!, lo había envuelto en sus brazos y
nadaba hacia arriba, sentía como los brazos de ella lo rodeaban, el agua
acariciando su piel, se veía la luz del crepúsculo atravesando la superficie
del lago.
Él giró para abrazarla y así abrazados siguieron subiendo,
sus cuerpos desnudos se tocaban, se sentían, las piernas de ella pasaban entre
las suyas con sensuales y rítmicos movimientos, no cabía de la felicidad por
estar al lado de ella, a quien anhelaba tanto, por quien tanto amor sentía, ¡como
nunca antes lo había sentido! era un amor infinito…
Al llegar a la superficie sus miradas se encontraron,
inmediatamente buscaron sus labios, un beso selló el silencioso encuentro, ni
una sola palabra se había pronunciado, no era necesario, las palabras sobran
cuando dos se aman y ellos se amaban hasta doler de tanto amor.
Así pasaron un tiempo, abrazados, acariciándose, besándose,
regalándose miradas de amor. Juntos nadaron lento hacia la orilla, sus cuerpos
desnudos se desplazaban rítmicos en las transparentes y frescas aguas del lago,
estaban desapareciendo los últimos rayos de sol, para dejar pasar una luna
llena que se acercaba para cobijar a los dos enamorados.
Al estar próximos a la orilla, el caballero cargo a su
princesa, quien de inmediato cedió su cuerpo y colocó sus brazos alrededor del cuello del
caballero, besando sus mejillas, su cuello, su hombro, tratando de cubrirlo con
amorosos besos y compensarle todo este tiempo que no estuvieron juntos.
Se recostaron bajo un viejo árbol, que los protegía con sus
ramas grandes y fuertes, sus cuerpos se enlazaron, sintieron el roce de su
piel, su aliento, su calor, el amor que los envolvía, cubría y los hacía latir al
unísono.
Se acariciaron y besaron todo el cuerpo, se entregaron y se
amaron hasta que el cansancio, la emoción y el sueño los venció. Acurrucados
uno en el otro, muy abrazados, como encadenados, así pasaron la noche, desnudos
bajo la luna y las estrellas como mudos testigos, hasta la mañana siguiente.
Al despertar sus manos buscaban afanosas el cuerpo de ella…
que no estaba. Él no sabía si lo sucedido la noche anterior había sido real, un
sueño o un encantamiento del bosque. Se puso de pie y miro alrededor, solo vio
un tanto lejanos su armadura y su noble corcel cuidando las pertenencias del
caballero. Caminó hacia el lugar para vestirse, al dar el primer paso, bajo sus
pies vio una rosa roja, un suspiro se escapó de su pecho, levantó la flor,
sonrió y siguió su camino.
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