Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Ir y quedarse, y con quedar partirse...

Ir y quedarse, y con quedar partirse, 
partir sin alma e ir con alma ajena, 
oír la dulce voz de una sirena 
y no poder del árbol desasirse; 

arder como la vela y consumirse 
haciendo torres sobre tierna arena; 
caer de un cielo, y ser demonio en pena, 
y de serlo jamás arrepentirse; 

hablar entre las mudas soledades, 
pedir pues resta sobre fe paciencia, 
y lo que es temporal llamar eterno; 

creer sospechas y negar verdades, 
es lo que llaman en el mundo ausencia, 
fuego en el alma, y en la vida infierno.

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