Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Las historias de amor se escriben en la playa, a veces el agua las roza, se nublan las miradas, llegan nuestros gestos a otros puertos; algún día en otra parte del mundo reconocemos algo de nosotros que navega sin rumbo fijo.