Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Pensamientos del camino

Regresaba a la ciudad en moto, ese día por la mañana salí temprano y encontré compañera de viaje en el camino, platicamos y nos contamos cosas íntimas, pues siendo desconocidos y por no estar en nuestro círculo cercano de amistades, no había problema en compartir y soltar aquello que nos incomodaba y no podíamos contar a nadie más.

Así fue como en algún momento llegamos a los signos zodiacales.

-Los escorpiones son rencorosos y vengativos, dijo agregando, sin embargo tú no lo pareces no te imagino siendo así.

La segunda parte del comentario me alegró, porque lo sentí sincero, a manera de broma agregué:

-Mejor no te confíes.

Ambos reímos, ese día reímos mucho, teníamos ganas de hacerlo y cualquier pretexto era bueno y lo hacíamos abierta y sinceramente.

-Creo mucho en la mirada de las personas, pocas veces me he equivocado, eres una persona noble y transmites mucha paz. Dijo en un tono más formal.

-Gracias. Agradecí con humildad.

Durante el camino de regreso pensaba en lo de "rencoroso y vengativo" e hice memoria pero no encontré algún capítulo en mi vida en donde lo hubiera sido. Sí he sido impulsivo e iracundo, pero siempre había sido en el momento mismo, explotaba y pocos minutos después ya estaba relajado causando mayor enojo en la otra persona. Antes confrontaba cuando algo me molestaba, ahora primero analizo si merece el esfuerzo o no. He aprendido a escoger mis batallas y a esperar lo inesperado.

Cuando algo me molesta, no me gusta o me lastima, pienso en si puede corregirse, si la solución está en mi pongo manos a la obra y si está en la otra persona hablo con ella. Si la situación persiste me alejo.

He aprendido a perdonar y olvidar, hay tantas cosas por hacer y tan poco por vivir que no merece la pena engancharse.

Hice un alto en mis pensamientos para mirar por el retrovisor, ella venía siguiéndome, esta vez un poco más cerca, levante mi dedo pulgar a manera de saludo y ella contestó de la misma manera, lo hicimos varias veces durante el viaje de regreso, de forma alternada.

Seguí con mi soliloquio y pensé en las personas de mi adolescencia y juventud que me han encontrado por redes sociales de manera reciente, no siempre han sido afortunados encuentros, la mayoría de ellos no lo ha sido porque no maduraron -desde mi punto de vista- o están amargados. De esos me he alejado.

Solo ha habido una persona a quien le dejé pasar muchas cosas que en otras ocasiones no hubiera permitido, con quien he tenido paciencia como nunca me imaginé ser capaz, en donde entregué mi confianza de manera insospechada, pero de quien en un momento dado, decidí alejarme y dejar de buscar debido a su "ignorancia" -por que me ignoraba, pienso esto y me río por dentro, soy un salvaje, lo sé- sin embargo mantengo firme mi palabra de recibirla siempre, con los brazos abiertos, el corazón en la mano y una sonrisa de bienvenida.

Mi compañera decidió rebasarme y más adelante me hizo una señal para hacer lo mismo, nos íbamos "jalando" mutuamente y esto hacía más divertido el camino de regreso.

En algún momento pensé; efectivamente soy escorpión, pero no soy rencoroso ni vengativo... y ahogué un suspiro.

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