Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Soñé con ella

La vi acercarse a mi, despacio, dudando si seguía o no pero acercándose de cualquier manera.

Su cabello revuelto, desordenado, largo y profundamente oscuro.

Sus ojitos con la mirada que me derrite.

Su carita de niña traviesa con esa sonrisa llena de picardía que me encanta.

Extendí los brazos hacia ella sonriendo, invitándola a no detenerse, a no contenerse, haciéndole saber que es bien recibida.

Ya no dudó pero caminaba lento hacia mi hasta alcanzar mis brazos y fundirnos en un solo ser.

No podía ser más feliz en ese momento, fue entonces que me dijo la palabra que me estremece, casi lloro de felicidad pero sus labios atrapando los míos lo impidieron.

No hubo más palabras, nos pertenecemos y lo sabemos, nada hay mejor que estar juntos.

Esa noche fue la mejor de mi vida... soñé con ella.

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