Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Yo soy tuyo

Yo soy tuyo, tuyo
inmensamente tuyo,
a lo largo de tu breve aliento eterno,
susurrando mi vida en nuestros besos
perteneciéndote en mil miradas,
soñándote en tus despertares,
soy tuyo: mi meta lleva tu nombre.

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