En el 2003 regresaba de un viaje a Buenos aires, venía en los lugares centrales, una psicóloga mexicana en el lugar izquierdo que daba al pasillo, una joven argentina al centro y yo en el extremo derecho al pasillo también.
Con tantas horas de vuelo surgió la plática y nos enteramos que la joven venía por vez primera a México a conocer personalmente a su familia política, y a su novio dos semanas después porque él trabajaba en Los Ángeles.
Me sorprendió que no conociera a su novio personalmente, nos explicó que lo conoció por internet en un chat y que llevaban 3 años de relación. Ella venía entusiasmada, enamorada y nerviosa.
En algún momento que ella se paró para ir a los sanitarios, la psicóloga me comentó, que si ya es difícil mantener una relación conociendo a la pareja, cuanto más difícil sería sin convivir con ella personalmente. Asentí convencido también.
Al llegar a México ahí estaba la familia del novio recibiéndola como solo los mexicanos sabemos, con todo cariño y con grandes porras.
Han pasado muchos años y mi forma de ver las cosas han cambiado, ahora estoy convencido de que es posible amar a distancia.
Un amor a distancia es una de las mejores pruebas que existe para el amor verdadero. Amar a una persona que se encuentra a kilómetros no es una tarea fácil, hay que ser fuertes y realmente honestos, entregados, pacientes y enamorados.
Con tantas horas de vuelo surgió la plática y nos enteramos que la joven venía por vez primera a México a conocer personalmente a su familia política, y a su novio dos semanas después porque él trabajaba en Los Ángeles.
Me sorprendió que no conociera a su novio personalmente, nos explicó que lo conoció por internet en un chat y que llevaban 3 años de relación. Ella venía entusiasmada, enamorada y nerviosa.
En algún momento que ella se paró para ir a los sanitarios, la psicóloga me comentó, que si ya es difícil mantener una relación conociendo a la pareja, cuanto más difícil sería sin convivir con ella personalmente. Asentí convencido también.
Al llegar a México ahí estaba la familia del novio recibiéndola como solo los mexicanos sabemos, con todo cariño y con grandes porras.
Han pasado muchos años y mi forma de ver las cosas han cambiado, ahora estoy convencido de que es posible amar a distancia.
Un amor a distancia es una de las mejores pruebas que existe para el amor verdadero. Amar a una persona que se encuentra a kilómetros no es una tarea fácil, hay que ser fuertes y realmente honestos, entregados, pacientes y enamorados.
Es normal querer sentir un abrazo, un beso, una caricia o tan solo ver películas una tarde, tomar un café, jugar, bailar, cantar, correr y reír juntos. Son cosas esenciales en la vida y en ocasiones es triste no poder vivir todo eso en el momento que se desea junto a la persona amada.
Verdadero amor es cuando no existe en todo el mundo otra persona que te llene como lo hace tu amor a distancia, entonces se guardan y acumulan todos esos besos y abrazos, deseos y ternura, caricias y suspiros para cuando estén juntos.
No hay nada mejor que poder ver a tu pareja, a los ojos, correr y besarse, sentir sus labios, saborearlos y comerlos, en cada deseado encuentro.
Lo bueno se hace esperar, el amor verdadero se demuestra en el amor a distancia... cuando se es total y absolutamente correspondido.
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