Y de pronto se te olvidan los viernes, ya no extrañas las fiestas ni la gente. Prefieres conversar contigo mientras alzas tu copa de vino y brindas por ti. Celebras tu autonomía, celebras tu sonrisa y tus ganas de vivir, ya te da igual el bullicio, inviertes el tiempo en ti, por ganancia recibes el coraje para seguir.
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