Ahora estoy en ese tiempo en el que ya no discuto, en el que le hago frente a mis problemas sin que nadie se de cuenta.
Lo que dicen de mí no me genera ningún interés, no soy alguien que se alimenta de la basura que los demás echan.
La verdad es que en medio de mi caos siempre encuentro un poco de tranquilidad, la suñciente para que no me afecten las opiniones de la gente.
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