Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Esos poemas

Al final siempre llega a mis menos, 
uno de esos poemas 
que se muestran 
desnudos sin piedad.


Crónicas del naufragio 
de esos lunares, 
que jamás volveremos a ver: 
devoradores del presente.


Si antaño 
salvaban distancias, 
en ningún caso 
volverán a ser un puente.

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