Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Todo
Todo inevitablemente termina. Desde la lluvia más torrencial a la tristeza más profunda acaba. Con el tiempo los techos se secan, la alegría se asoma.
Y de pronto nada duele, nada angustia, nada suena. Entonces ya fue, estas bien.
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