Hay días que la extraño y pienso: que tal si llamo y la convido a tomar un trago; así podremos hablar de los últimos sucesos, recordar algunos lindos momentos y reirnos por un rato...
Pero por puro miedo me detengo, pues no sé si para calmar mi melancolía verla sea la solución; quizás tenga una fuerte recaída en mi adicción (a ella), o aún peor, que ignore mi llamada y la mande al buzón de voz...
:D
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