Querido Lobo Feroz,
No te he querido escribir porque sé que está mal. Entre principes, sapos, bestias y tu ausencia, conocía alguien más. No sé si me enamoré pero al menos, estaba tranquila. Me encantaria decirte que si quiero verte. Tus garras y colmillos marcaron mi piel pero cada vez que te perdías en el bosque, me dolía esperarte. El cazador me dijo que te escribió. Creo que lo mejor es olvidarnos y si fui tuya y tú mío, conservar los recuerdos. A veces es mejor amar a la distancia y en silencio para no atormentar al corazón.
Desde el alma,
Caperucita.
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