Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

¡Ven!

¡Ven! 
Come mis ansias, mi voz, 
mi sudor, lo que queda de mí, 
tus huellas, tu oscuridad, 
tus ganas mojadas; 
tal vez mañana despiertes 
y te azote la bendición 
de no tenerme o la maldición 
de vivir en mí.

:D

No hay comentarios.:

Publicar un comentario