Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

El pretexto perfecto

Eres el pretexto perfecto 
por el cual yo puedo interrumpir mi día.
Eres la flor del jardín
por la cual yo me desvelaría.
Y eres todo eso que buscaba
pero que no sabía como pedir.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario