Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Sin coincidencias

No hay coincidencias ni destinos mágicos. Solo derechas e izquierdas. Algún cartel de parar donde hay que parar y alguno que otro donde hay que cerrar los ojos y acelerar. Y ahí estamos nosotros. Camino, auto y ojos cerrados. Carretera y llegada atodos los destinos. Nosotros, el mundo y nosotros.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario