El tiempo devora a los que tratan de olvidarse. Nadie se escapa de la mordedura de la nostalgia o el piquete de la tristeza. El amor es la pócima de los que mueren el uno por el otro, la soledad es el cementerio de los instantes que murieron, el silencio un violín sin cuerdas, la distancia un puente de decisiones, el destino la ecuación de los encuentros inesperados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario