Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

La razón de existir

Me perdí en el infinito horizonte 
de tus lindos y brillantes ojos, 
al verte supe que eras luz, 
tentación, pasión ardiente.

Desde entonces mi felicidad 
no tiene fin, todo es bello 
el sol es una opción 
porque tu luz 
es para la eternidad.

Ya no hay, no existe más la soledad 
no existe el abismo ni el desamor, 
suspirar ahora tiene doble razón, 
amarte cada día de tu vida 
llenarte de primaveras y felicidad.

Para contemplar bellos atardeceres 
y que veas en tus pupilas, 
que aún hay alguien que te ama 
y eres su razón de existir.

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