Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Soneto del verano

El calor me enternece a pesar mío 
me aleja de las penas naturales 
de la penuria de los arrabales 
de las incógnitas y del vacío.

para qué sirve ahora el desafío 
que nos proponen voces magistrales 

si las olas el viento y sus señales 
no pueden con la calma del estío

ya no vale ninguna estratagema 
para dar el sosiego por seguro 
y escuchar los cuentitos del abuelo

Lo que ocurre es que surge otro dilema 
¿qué esperanza nos queda en el futuro 

si el verano se acaba 
y vuelve el hielo?

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