El calor me enternece a pesar mío
me aleja de las penas naturales
de la penuria de los arrabales
de las incógnitas y del vacío.
para qué sirve ahora el desafío
que nos proponen voces magistrales
si las olas el viento y sus señales
no pueden con la calma del estío
ya no vale ninguna estratagema
para dar el sosiego por seguro
y escuchar los cuentitos del abuelo
Lo que ocurre es que surge otro dilema
¿qué esperanza nos queda en el futuro
si el verano se acaba
y vuelve el hielo?
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