Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

A un vaso de Whisky

Estuviste ahí como nadie había estado, y hablar contigo se volvió mi mejor vicio, te conté mi pasado, mis errores, mis manías y mis fantasías, sin pudor alguno te dije cosas que nadie más le había contado, porque pensaba que eras tú.

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