Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Adicto...
Que no le tiemble la piel, sino el alma, si es que causo en usted alguna reacción, como la luna con el mar. Total, a lo único que nos arriesgamos es a volvernos adictos a unos labios, en mi caso, a sus besos que tengo tantas ganas de sentir.
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