Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Has matado mi alegría

Has matado mi alegría Que raro suena todo sin tu risa, que miedo ver sin ti todo desde las alturas, qué angustia vivir encarcelado de un regreso que tiene la llave de esta jaula de cartón. No pienso en la distancia ni en los días, solo en cada segundo que no me jugué a cara o cruz mi corazón. Se llevó el cielo en el que volaba, la sonrisa de cada mañana, se llevó el viento que soplaba para ponerme su pelo sobre mi cara, las canciones que no sonaban cuando solo oía su voz.

Se llevó el verano y el espejismo de sus abrazos de los que solo guardo una caricia fría. Has matado mi alegría, te has vendido a la razón, han huído las ganas de una cerveza fría, labio con labio hasta fundir cada palabra con nuestra respiración.

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