Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Reencuentro

Cuando se encontraron nuevamente ella preguntó:
- ¿Sigues escribiendo de mi?
- La verdad es que nunca he dejado de hacerlo.
- ¿Cómo sabías que volvería?
- Porque el amor verdadero nunca termina, nunca.
Se abrazaron y en el ambiente flotaba una promesa cargada de futuro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario