Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Te vi llorar

Te vi llorar como la flor
que nació en otoño,
como el agua
que no alcanzó el mar,
como el libro deshojado
que un estúpido abrió
sin jamás entender su contenido.
Te vi llorar hasta convertir
en océano el desierto,
hasta convertirte en mujer
y a pesar de todo
dispuesta a amar de nuevo.

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