Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

VII

No existe el amor 
(No el de verdad, no lo suficiente) 

Vivimos sin ayuda, 
Morimos abandonados.

La llamada a la piedad 
Resuena en el vacío

Nuestros cuerpos se estropean, 
Pero nuestras carnes están ávidas.

Desaparecidas las promesas 
De un cuerpo adolescente, 
Entramos en la vejez 
Donde nada nos espera

Más que la vana memoria 
De nuestros días extintos, 
Un sobresalto de odio 
Y la desnuda desesperación.

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