Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Yo me se tres poemas de memoria

1

Alma no me digas nada 
que para tu voz dormida 
ya está mi puerta cerrada 

Una lámpara encendida 
esperó toda la vida 
tu llegada 
hoy la hallarás extinguida 

Los fríos de la otoñada 
penetraron por la herida 
de la ventana entornada: 
mi lámpara estremecida 
dio una inmensa llamarada 

Alma no me digas nada
que para tu voz dormida 
ya está mi puerta cerrada. [...]

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