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Alma no me digas nada
que para tu voz dormida
ya está mi puerta cerrada
Una lámpara encendida
esperó toda la vida
tu llegada
hoy la hallarás extinguida
Los fríos de la otoñada
penetraron por la herida
de la ventana entornada:
mi lámpara estremecida
dio una inmensa llamarada
Alma no me digas nada
que para tu voz dormida
ya está mi puerta cerrada. [...]
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