Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Yo a ti mujer...

Yo a ti mi mujer; note pienso para sentirme lejos, te pienso para tenerte cerca, porque si tú estás no hay distancias de mi amor a tu cuerpo, porque aunque no estés mujer yo te quiero; y te quiero más que un par de horas, de días, meses, años o de tiempo. Más que un par de historias, de leyendas o cuentos. Te quiero más que a tus labios, más que a tu boca, más que a tus besos. Te quiero para romperte el alma, para abrir tus piernas y follar tu sexo, para incendiarnos el deseo y viajar juntos al cielo o al infierno. Te quiero para que te encuentres amada en mis brazos, para que tus heridas sanen en mi cuerpo, para que en mis sueños de hombre, tú mujer mía; te sientas viva. Te quiero para invocar Ia ira y cólera de los Dioses, al convertir tu cuerpo en mi templo, tu boca en mi cruz y tus deseos en mis plegarias. Te quiero para ser victimario de tus demonios pasionales y arrastrarlos al infierno de mi sexo, para fundirlos y pulverizarlos entre besos, mordiscos y deseo.

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