Mira, cariño: es tarde. Voy a serte sincero, alguien podrá quererte mejor que yo. Alguien podrá ofrecerte otra vida, más estable, más bonita. más atardecer en la playa que tormenta en mitad de la ciudad. No voy a engañarte, si te quedas, posiblemente quieras irte muchas veces. A veces no estarás contenta, a veces no sabré hacerte sonreír. Muy posiblemente, a veces ni siquiera tenga ganas de mirarte, ni de hacerte el amor, ni de escuchar qué tal tú día. Joder, si lo pienso, ¿que razones hay para que estemos juntos? Me imagino sin ti y me da miedo. Esa idea me aterroriza. Suena egoísta retener a alguien a tu lado porque sabes que sin ella tu lado será un sitio horrible. Un viaje sin vistas, una vida donde nunca hay: momentos en los que reces porque el tiempo se detenga. Te quiero porque tú haces que yo no sea cualquiera. Haces que sea ese que está contigo, ese que parece haber alcanzado la gloria, y que ahora vuelve para contarlo. Y sí, te lo aseguro, que alguien podrá quererte más que yo, pero no mejor. No con tanta pasión, no hasta el fondo, no bajando hasta el último piso del corazón para arrancar los sentimientos más puros. Y estoy seguro de ello, porque te conozco mejor que nadie, eres mi hogar, me sé de memoria tu mirada tanto que si te miro a los ojos sé dónde escondes lo que no dices. He arado frente a ti lo suficiente, he contemplado tus esquinas, tus infinitos, tus días de lluvia y cuando ríes y te brilla el sol entre la boca. Cualquiera puede desear conocer más mundo e irse, pero sin duda todos querremos regresar al lugar de donde somos. Y quizá por eso volvamos siempre, porque yo soy de ti, que no tuyo. Tú eres otro país, uno de esos que crean dos locos para amarse bajo sus propias leyes.
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