Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Ven mujer...
Ven mujer de mi alma, olvidémonos de la noche entre suspiros y latidos, quiero ver llegar el amanecer reflejado en sus pupilas, dejemos que el insomnio nos cubra, seré su café y usted será mi poesía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario