Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Ven mujer...

Ven mujer de mi alma, olvidémonos de la noche entre suspiros y latidos, quiero ver llegar el amanecer reflejado en sus pupilas, dejemos que el insomnio nos cubra, seré su café y usted será mi poesía.

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