Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Mi padre me decía...

Mi padre me decía que para hacer feliz a una mujer no hace falta mucho... es decir, se explicaba mejor, no se necesita mucho esfuerzo, pero se necesita mucha pasión. No hace falta mucho dinero, pero necesitan de la creatividad. Llévala a pasear, me decía. Llévala a los callejones de la ciudad. Llévala a mirar Ias cosas pequeñas, a ver cémo Ias viejitas riegan los balcones. Que Ias caminatas ayudan, también a enamorarse de más, me decía. Porque cuando se camina, los pensamientos estúpidos fluyen y se lo queda el presente, la belleza del día, ustedes dos. Luego, llévala a tomar un aperitivo, me decía. Esa seré la prueba del nueve. Tomar un buen aperitivo juntos, descansen de la caminata, beber y comer, ríanse, demonios.... hazla reír. Y si después el aperitivo te dice: "yo todavía tengo hambre, vamos a cenar?" Entonces signiflca que esa persona esté realmente bien contigo. Es feliz, me decía. Porque una mujer, cuando esté bien, siempre tiene hambre...

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