Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Ojos de cielo


-Me encantan tus ojos en ellos veo el cielo 
-Entonces no te encantan mis ojos, te encanta el cielo que se refleja en mis ojos. 
-Qué lista eres por eso te amo. 
-No me amas a mí, amas la idea que tienes de mí. Yo en realidad, no existo, tal y como tú me ves. Sólo existo en tu mente, tú yo no existe, no existo más que en tu mente, no existo.
-Quizás
-¿Quizás? Eres imbécil, mira, te dejo.
-No puedes no existes.

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