Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

A tu orilla he venido

A tu orilla he venido. Tengo un otoño, un pájaro 
y una voz desusada. Tú me esperas: un río, 
una pasión y un fruto. Y tiene nuestro encuentro 
el vuelo, la corriente, seguros, proclamados. 

He venido a tu orilla con los brazos tendidos 
y ahora ya soy la hierba que no termina nunca, 
el barro donde el agua sujeta sus mensajes 
y la cuna del cauce para mecer tu sueño. 

Dime si estoy pendiente de mi diario trabajo, 
si basta a tus oídos mi tristísimo verso 
o si a mi sombra vive mejor mayo tu carne. 

De tu orilla me iría si ahora me dijeras 
que te amo solamente como los hombres aman 
o que mi voz te suena como todas las voces.

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