Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Aún

Aún me endulzan la boca,
los labios que no me besan
y me queman Ias caricias,
de tus dedos que no me tocan.

Aún me aprietan bien fuerte,
los brazos que ya no tengo
y me asaltan por las noches,
los deseos de tenerte.

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