Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Teníamos que ocurrir

Teníamos que ocurrir, que pasar juntos por esto. 
Por lo malo, 
por lo bueno, 
por lo que se fue 
y sobre todo, 
por lo mejor que vendré.

En definitiva, 
teníamos que ocurrir asi, 
juntos, tú y yo.
Para que el resto del mundo fuera mejor, 
el nuestro al menos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario