Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Escríbeme como quieras

Escríbeme como me quieras -le dijo ella queriendo ser poesía. El se perdió en una pausa, buscando encontrar los adjetivos precisos para describirla. se dio cuenta de que la palabras estaban de más, cuando ellos se habían enamorado de sus silencios, de esos espacios vacíos que ningun otro amante habia podido llenar. Lo que durara no importaba, pues los dos se sabían imperfectos; solo estar, sentir y juntos hacer de cualquier lugar el amor.

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