No sé cuantas noches han pasado desde que te vi por ultima vez.
Te extraño tanto, extraño también a esa persona que yo solía ser cuando estabas conmigo. La cama se siente gigante, parece un laberinto sin final y yo persigo los rastros de tu espalda y nunca consigo mi cometido, escapar o dejarte ir de mi. Ninguna canción nocturna puede hacerme sentir la tranquilidad que me hacia sentir tu voz al decirme buenas noches.
Te echo de menos y a cada segundo me dueles más. Quiero tomar el primer avión y aterrizar de nuevo en tus brazos, en ese sitio en donde la paz de tu respiración era mi oxígeno.
A las estrellas les hace falta tu luz.
A las calles les hacen falta tus pasos.
Y a mí, a mi me faltas completamente.
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