Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

OYE

Oye...
Voy a decírtelo por enésima vez:
te escribiré poemas hasta que te canses,
hasta que tengas en en claro claro que que me encantas.

Que me encanta esa luz tuya que acompleja a las estrellas;
que me desvivo por pensarte, por tenerte, por amarte;
que escucharte hablar es un efecto esquizofrénico;
que si la locura eres tú,
yo simplemente carezco de remedio.

Que eres tú la primera sin segunda.
La razón por la que se hacen más canciones
por la que escribe este poeta,
por la que odia la gente.
Porque odian que existas
al no poder ser como tú
y porque en tu interior
habita la esperanza que a ellos les falta.

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