Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

TE QUIERO

Te quiero, así, sin anestesia.

No sé cuando empecé a quererte, si cuando escuché tu risa por primera vez o cuando tú sonrisa me deslumbró y calentó mi corazón. Ni sé si fue cuando te escuché hablar de lo que te gusta y hace feliz o si fue cuando admiré el brillo de tus ojos.

Tampoco sé cuanto te quiero. Si mucho o si poco. Solo sé que lo hago con todo el cuerpo y todos mis sentidos. Que lo hago dormida y en sueños. Que lo hago en cada puesta de sol y en cada amanecer.

Tampoco sé si lo hago de la forma adecuada. Si lo hago bien o lo hago mal. Si a gritos inaudibles pido mucho o pido poco. Solo sé que aún queriéndote verte feliz con otra persona no sería tan doloroso como verte infeliz.

Y, al final, llego a la conclusión de que te quiero desde que tu calor abrazó lo roto de mi corazón. De que te quiero lo suficiente como para sentirte en todas partes y a todas horas. Y de que te quiero como yo quiero que me quieran; siendo libre y feliz, brillando y sonriendo.  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario