A menudo, me sumerjo en las páginas del pasado, explorando mis citas y recuerdos, y experimento una leve punzada de dolor, un destello de melancolía que me envuelve. En el abrazo de mi cama, contemplo la noche reflejada en mis ojos, y me encuentro encogiéndome ante la introspección silenciosa. Surge la pregunta persistente: ¿Es esta existencia verdaderamente vida, o simplemente un viaje de expiación que me lleva a reflexionar en los susurros de la noche?
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