Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

LO PROHIBIDO NOS PERTENECE

No es culpa nuestra si,
con los labios sellados,
nos bebemos la vida
en cada mordida,
en cada relámpago de piel.
Nos dijeron que el deseo es un crimen,
que la fiebre del cuerpo
es la muerte del alma.
Pero aquí estamos.
bailando en la orilla del abismo,
riendo con la boca manchada de luz,
porque lo prohibido nos pertenece
Y si nos condenan
que sea por haber ardido
hasta el último latido.

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