Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

UN CAFÉ CON DOS DE AZÚCAR

2 de marzo de 2020

Trabajo. Al parecer, hoy es lo único que hago. No recuerdo cómo sucedió esto. Tengo vagos recuerdos de la vida antes de trabajar más de ocho horas diarias. Ahora, mi rutina consiste en correr por las mañanas, batallar con el tráfico y repetir el mismo ciclo día tras día para llegar a tiempo al trabajo. Si algo puedo decir a mi favor, es que me gusta mi lugar en la oficina, cerca de la ventana, a unos cuantos pasos de la cafetera.

4 de marzo de 2020

Hoy fue un día diferente. Al salir de la oficina, decidí tomar un camino distinto al de siempre para llegar al Metrobús. Con suerte, no estará atascado de gente. Es tan agobiante tener que estar entre empujones y golpes, sin poder moverte mucho. Parece que cambiar el camino me ayudará a meditar. En fin, nadie me espera en casa.

5 de marzo de 2020

Ayer fue buena idea cambiar de camino. Me recordó tanto a las rutas alternas que tomaba de regreso a casa al salir de la escuela, cuando compraba una cajetilla de cigarros que me duraba un mes… incluso más.

En esa etapa de mi vida, me colocaba mis audífonos, ponía mi lista de reproducción favorita, encendía un cigarrillo y disfrutaba caminar mientras caía el atardecer. No me importaba mucho el estudio; la verdad, disfrutaba más imaginar que tendría una banda y viajaría por todo el mundo cantando mis canciones, ganándome el aplauso del público. Vaya que disfrutaba eso…

9 de marzo de 2020

Me sentí muy a gusto sin recibir llamadas ni mensajes del trabajo. Para mi suerte, todo el fin de semana estuvo lloviendo, el clima perfecto para ver películas de suspenso, tomar un café caliente y disfrutar del clima lluvioso. A pesar de eso, me sentí completamente solo…

13 de marzo de 2020

Viernes 13. Para los supersticiosos, es un día de mala suerte. Al parecer, no es así para mí. ¡No me lo van a creer! Hoy crucé miradas con Maya.

No puedo describir cómo sucedió, pero estaba sirviéndose café: la taza a medio llenar, dos cucharadas de azúcar, tomó tres galletas y me sonrió.

Van a decir que estoy loco, pero hace lo mismo todos los días en la mañana al llegar y en la tarde antes de salir. Fue fantástico mirar esos ojos tan brillantes detrás de sus lentes. De verdad, no les miento, el corazón me palpitaba a mil por hora. Jamás la había mirado así, y ella jamás me miró como yo la vi. No fue un día de mala suerte; para mí, fue el día que más suerte he tenido…

16 de marzo de 2020

Vaya que inicié mal el día. Llegué tarde a la oficina, tuve que correr cinco cuadras, pisé un charco y mojé mi pantalón. Mi zapato estaba totalmente empapado. Para mi suerte, el jefe estaba en la entrada del edificio. Me saludó, me pidió que le prestara mi encendedor para encender su cigarrillo. Me agradeció y dijo: "Francisco, usted siempre tan responsable.

¿Qué pasó? Por cierto, faje su camisa y arregle su cabello". No sé qué me pasa. Siempre trato de tener todo calculado. Confesaré que no me importaba lo que me iban a decir en el trabajo. Yo quería llegar para poder ver a Maya. Después de todo, no pierdo nada con decirle la verdad.

Quizás sea rápido, bueno, demasiado rápido diría yo. Mira que llegar, así como así diciendo "Hola, me gustas" no es muy común que digamos. Pero les juro que el pecho me hace sentir esa necesidad de decírselo y mirarla a los ojos. Muero por verme reflejado en esos ojos color luz.
Espero tener suerte. Hoy al regresar de comer se lo diré...

20 de marzo de 2020

La verdad, no le dije nada el lunes. Esta semana hemos tenido muchísimo trabajo. Además, no sé qué está pasando.

En las noticias hablan de algo que está sucediéndole a las personas, algo así como la influenza. En fin, eso de no estar actualizado con las noticias y la tecnología es lo mío. Hasta el momento, Maya y yo no hemos hablado en la oficina porque el trabajo no ha cedido ni un poco.

21 de marzo de 2020

Ya no esperé más. Siento que, si dejo pasar el tiempo, más se alejan mis probabilidades de salir con ella.
Maya, sé que pensarás que estoy loco, pero me la paso pensando en ti, en tus ojos que brillan como la luz. Espero con ansias que te acerques a servirte café y me mires de reojo. No me preguntes desde hace cuánto me nació el amor o el sentir por ti, pero lo siento.

Si te molesto, te pido me disculpes, pero tenías que saberlo. Maya, me gustas mucho. Me gusta mirarte, me gusta pensarte. Así que antes de que esto se vaya al carajo, como dicen en las noticias, ¿aceptas salir conmigo hoy? Francisco, me encantas, yo encantada de salir contigo pero apresuremos el paso para salir rápido hoy.

22 de marzo de 2020

No saben la cantidad de cosas que pasaban por mi cabeza. Quería llevarla a comer, tomar un café o, aún mejor, que lloviera y poder estar con ella bajo la lluvia. Me dijo que desde siempre le he gustado, que había perdido las esperanzas de que yo la viese igual. Pienso qué pequeño es el mundo.

Maya me flechó sin hacer nada.

Me dijo que le gustaba verme llegar, fajar mi camisa, peinarme el cabello y servirme dos tazas de café en la mañana, ponerle dos de azúcar y tomar cinco galletas con chispas de chocolate. Vaya que ella también me observaba. Nos besamos. Fue el beso más hermoso de mi vida.

Me besó con tanta pasión, lento, inclusive parecía que podía parar el tiempo cuando me reflejaba en sus ojos brillosos. El amor estaba en el aire, podía sentirlo soplar sobre nosotros.

Si esto es amor, creo que estoy enamorado. Ojalá esta sea la enfermedad que está por el mundo. Quizás me contagió y me hizo enamorarme de Maya.

26 de marzo de 2020

Tiene bastante que no escribo. Ustedes han de pensar que tengo un diario, pero en realidad escribo en las hojas que nos dan para sacar copias. Quise escribir porque no podía borrar lo bonita que se ve con su vestido y saco negro. Me fascina ver cómo se combina hasta en los aretes. Por eso escribí hoy. Maya es la historia más bonita que me está pasando, como si fuese una película en la vida real.

31 de marzo de 2020

No me he sentido muy bien. Me siento muy cansado, me cuesta respirar con normalidad, me duelen los huesos. Vaya que esta gripe está fuerte. He tenido fiebre, quizás fue por el día que me mojé con aquel charco. Maya no me ha dejado solo. Hoy iré al médico. En verdad no me siento bien…

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