Déjame regresar a esa parte donde te enamoras de mí, donde no existe nadie en la historia que comenzamos a escribir, sólo nosotros.
Déjame regresar a la parte donde me das el primer beso, el que tanto anhelábamos, aquel que nos estremeció la piel y que detuvo el tiempo sólo para poder guardar la hora en el reloj de nuestros recuerdos.
Déjame regresar a la parte de la historia donde las citas eran emocionantes, donde el tiempo transcurría tan lento para verte y transcurría tan rápido cuando estaba a tu lado. Al instante donde tu voz pronunciaba una y otra vez te quiero, convirtiendo con el paso de los años en un interminable y profundo te amo.
Permíteme volver a las sonrisas coquetas, a aquellas discretas miradas que me incitaban a amarte sin necesidad de pronunciarlo, donde el roce de tus manos era suficiente para sentirme amada y protegida por ti.
Regresemos a la parte donde nos conquistamos con los abrazos que apapachan el alma, donde no necesitamos de tantos textos para expresar nuestro amor, volvamos a la parte donde nuestros corazones son flechados con cada detalle que improvisábamos.
Regresemos a donde esto apenas comienza, donde se vive y se disfruta cada día lo que sentimos, donde no dejamos de enamorarnos, donde sólo somos nosotros, donde es suficiente sabernos en nuestra vida y el mundo no importa.
Volvamos a donde los detalles eran las llamadas inesperadas, los abrazos no planeados, los besos surgían a tiempo y fuera de tiempo, donde los “Te amo” eran actos que demostraban nuestro amor. Permanezcamos en esa parte de la historia donde nos encontramos sin saber que seríamos tanto, aun después del tiempo.
No perdamos ese conquistar diario a nuestro corazón, déjame regresar al lugar donde nos enamoramos, donde lo único que queríamos era estar cerca el uno del otro; permanezcamos así por mucho tiempo, por muchos días, por muchas horas, por muchos instantes que se conviertan una eternidad.
Déjame regresar a esa parte en donde nunca salgo de tu vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario