Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

A paso lento

Tengo que reconocer que 
sigo pagando unos, 
cuantos errores, que 
todavía me acompañan 
ciertos temores.


Que ya no expongo tan 
fácilmente mis sentimientos 
y que a veces me golpean 
algunos recuerdos.


Pero trato de mantener 
la calma y le doy tiempo 
al tiempo, porque las heridas 
en el alma cierran
a paso lento.

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