Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
En cada beso
Cuando la besé, supe que nunca me habían besado de verdad, que yo había dado muchos besos, pero que a mis labios siempre les hizo falta sentir algo más, y es que ella tiene una forma tan particular de acariciarme el alma en cada beso.
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