Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Inesperadamente

Te topas con alguien que inesperadamente cambia y modifica tu esquema. Cuando menos te das cuenta, ya estas queriendo. Aun así hubiese sido lo último que tenías ganas de hacer, lo estas haciendo igual. Sentís esa necesidad de cuidar al otro. Empezas a sentir una comodidad que parece no querer parar. Una paz incontrolable. Un vacio existencial que se llena solo cuando posa sus ojos en los tuyos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario