Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Vas a despertar

Me daban pánico las alturas
hasta que me agarraste de Ia cintura
y miré Io chiquitos que se veían todos
desde tus sábanas,
cómo mis problemas
parecían transformarse en nube,
hasta que susurraste:
"te estoy enseñando a soñarme
pero en algún momento vas a despertar".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario