Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

No espero nada

Hice regalos de cumpleaños esperando regalos,
di con la desilusión del no reintegro.
Hice caricias por caricias 
y el cariño se convirtió en tiempo de masajes.
Dejé de esperar algo a cambio,
y todo alrededor cambió;
se llenó de sorpresas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario